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Capítulo 17.

—Perdón omega.

Jungkook decía mientras se acercaba poco a poco donde su omega, movió un poco a Jimin a un lado con sumo cuidado y se acostó a su lado, el alfa quería darle calor, su lobo no estaba ahora con él por lo que no puede transmitirle como normalmente un alfa lo hace, pero no le importa, agarró la mano de Jimin entre la suya y las entrelazó.

Tal vez Jungkook sea un alfa puro, pero realmente se sentía así, débil, no sabía si era porque Anouk no estaba o por los acontecimientos que pasó pero se sentía así.

—Jimin —hablaba mientras se aferraba a él—. A veces siento que no soy bueno para ti, tú no debiste haber salido herido, no debí haberme escondido como un estúpido alfa asustadizo —se molestó consigo mismo—. De verdad lo siento —no sabía cuantas veces se disculparía pero lo haría, no importa cuanto—. Recuerdo cuanto te vi por primera vez —le empezó a contar—. Yo había ido a comprar ese día en esa panadería, porque vendían ricas tartas de limón —rió un poco mientras se sentía adormilado y se acomodó mejor junto a Jimin haciendo que su cabeza quedara en el pecho del omega.

›› —Estaba entrando cuando me topé contigo, estabas tan concentrado en tu libreta que creo que no te percataste de mi, tú entraste mientras yo te veía desde la ventana embobado y ahí fue cuando creí en el amor a primera vista, cuando saliste levantaste la vista, sentía que me perdía en el mar de tu mirada, tu apartaste la vista y te fuiste sonrojado mientras yo te veía irte con una sonrisa en mi rostro, mi lobo y yo estábamos babeando por ti, yo le tenía mucho cariño a la dueña de la panadería, le pregunté por ti, si venías seguido y a que hora, ella me respondió que si. Me ofreció trabajar ahí como cajero para que pudiera verte y acepté, fue la mejor decisión que tuve —se le estaban empezando a cerrar sus ojos pero siguió contando—. Cuando traías tu libreta para saber que comprar y cuando te concentrabas sacabas un puchero que me daban ganas de besarlo, cuando intenté entablar una conversación contigo te iba a preguntar si podía acompañarte a tu casa, pero me puse tan nervioso que terminé diciendo otra cosa, mi lobo me regañó mucho ese día —rió suave, cada vez con más sueño, pero antes de que cerrara los ojos, murmuro—: Te amo demasiado omega.

Y poco a poco empezó a quedarse dormido gracias al aroma a orquídeas que tanto amaba y tranquilizaba.

✧✦✧

Jungkook empezó sentir unas caricias en su cabello que lo hacían querer soltar pequeños ronroneos.

Aunque, se le hizo extraño que alguien le acariciara el cabello. Solo estaba él cuidando a Jimin. Solo él y Jimin.

A menos que...

Se levantó de golpe y como si fuera el exorcista giró su cuello encontrándose con un Jimin sonriente, pero ahora ya no tenía tubos, ni cables, solo un suero en su brazo, se le hizo raro pero eso no importaba porque tenía a su Jimin sonriendo y despierto.

—Hola alfa —demonios como había extrañado su voz y eso que en teoría sólo había estado unas horas sin verlo.

—Omega —sonrió en grande mientras su ojos se llenaban de lágrimas de felicidad.

—Estoy bien alfa. No te ibas a deshacer de mi tan fácil —le sonrió con burla.

—Por supuesto que no —rió antes de que una pequeña lágrima bajara por su mejilla que rápidamente fue limpiada con delicadeza.

—No olvides que estoy aquí Jungkook —el omega se posicionó en el cuello de este aspirando el rico ahora del alfa.

—Me siento culpable, debí haber hecho algo y solo me escondí detrás de la maldita silla —gruñó bajo dejando su nariz reposada en el cabello de Jimin.

—Jungkook no trates de culparte por algo que no estaba en tus manos —le habló aún escondido en su cuello dejando pequeños besos en este—. Alfa escúchame, estoy bien, en lo que tú estabas dormido el doctor vino y me revisó, porqué crees que ya me quitaron todo, Misook y Gongyoo también vinieron a verme pero se llevaron con la sorpresa que cierto alfa tenía que estar descansando en su habitación pero no estaba ahí —escuchó el suspiro cansado de este—. ¿Algo qué decir en tu defensa? —salió del cuello y lo miró con una ceja alzada.

—Estaba realmente preocupado por ti —le confesó mirándolo.

—Ven aquí —abrazó a su alfa lo más fuerte que su estado le permitía.

—¿Seguro que estás bien? —volvió a preguntar, y es que era inevitable no preguntar, su compañero casi pierde su vida.

—Si Kook, es más, en una semana me dan de alta, solo me tengo que quedar ya sabes para ver que no se abra la herida y esas cosas —movió su mano desinteresado, iba a seguir hablando cuando su lobo, Rayco lo interrumpió.

"Jim, no puedo contactarme con Anouk, algo malo pasa"

Le dijo preocupado el lobo.

"¿Y tú desde cuándo puedes hablar con él?"

Le dijo sorprendido Jimin, pues ellos no podían hacer eso.

"Recuerda la vez que me dijo donde estaban, desde ahí. No tengo ni idea como pero puedo hablar con Anouk, lo que no puedo es verlo y jugar con él"

Jimin no respondió pero se empezó a preocupar, sabía lo mucho que a una persona le afectaba cuando su lobo se enfermaba o incluso peor cuando éste desaparecía o se muere.

—¿Me dirás qué pasó con Anouk? —preguntó directo después de un rato de silencio.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó confundido, no recuerda haberle dicho algo respecto a su lobo.

—Creo que ambos sabemos que somos almas gemelas alfa —depositó un pequeño beso en su mejilla—. Y nuestros lobos están conectados por ende tengo un chismoso Rayco preguntando por él —trató de bromear un poco, aunque tenía una gran preocupación en su pecho.

—Cuando estuve ahí intentaron retenerme con unas sogas pero evidentemente las rompí de un solo tirón, así que Anouk salió a la luz cuando se sintió atacado y empezó a golpear a todos para poder salir pero no se dio cuenta que había otro detrás de él, solo sentimos el piquete en nuestro cuello y cuando desperté Anouk ya no me respondía.

—No me arrepiento de haberlo matado —habló enojado el omega.

—Pero no te preocupes, el doctor dijo que está bien, me habían inyectado una dosis alta para dormir a mi lobo, él tiene que recuperar fuerzas, sabrá el momento adecuado para regresar —lo tranquilizó acariciando su mano.

—Entonces tendremos que cuidar de un alfa —le dijo mientras lo abrazaba con un brazo a lo que el pelinegro asintió.

Se quedaron ahí abrazados mientras Jimin le rascaba su cabello para que durmiera tranquilo, cuando vio que su respiración era tranquila se acomodó pues él también tenía sueño y antes de que cerrara los ojos dijo:

—Descansa, alfa.

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